A 2.670 metros y con glaciares: el rincón menos conocido de los Pirineos

20 OCTUBRE 2025

En el extremo más salvaje del Pirineo aragonés se esconde un paraíso de glaciares, bosques milenarios y picos de 2.670 metros que sigue siendo un secreto para muchos

En el extremo más occidental del Pirineo aragonés, alejado de las rutas turísticas más transitadas, se esconde uno de los tesoros naturales más puros y desconocidos de Aragón. Es un paisaje que impone, esculpido por glaciares y coronado por picos que rozan los 2.700 metros, donde los bosques húmedos recuerdan al norte atlántico y la fauna salvaje campa en libertad. Aquí, en el Parque Natural de los Valles Occidentales, naturaleza y tradición conviven en armonía, lejos del ruido y el turismo masivo.

UN PARAÍSO PIRENAICO ENTRE GLACIARES, BOSQUES Y FAUNA SALVAJE

Este enclave, declarado parque natural en 2006, ocupa más de 27.000 hectáreas entre los municipios de Ansó, Aísa, Aragüés del Puerto, Borau y el Valle de Hecho. Se trata de un territorio abrupto y silencioso, surcado por barrancos, ibones y bosques centenarios, donde la biodiversidad alcanza su máxima expresión. Aquí sobrevive el oso pardo, junto al quebrantahuesos, el urogallo y el desmán de los Pirineos, entre otras muchas especies.

La huella del pasado se conserva intacta en estos valles, no solo en sus tradiciones o en la pervivencia del aragonés en forma dialectal, sino también en vestigios como dólmenes prehistóricos y restos de una antigua calzada romana que conectaba ambas vertientes de la cordillera. Entre los picos más destacados se alzan el Bisaurín (2.670 metros), La Mesa de los Tres Reyes (2.428 metros) o Los Aspes (2.643 metros), nombres que evocan la dureza del relieve y el carácter fronterizo de esta tierra.

SENDERISMO PARA TODOS LOS NIVELES

Además de su valor ecológico y paisajístico, el parque es un auténtico paraíso para los amantes del senderismo. Cuenta con rutas para todos los niveles, desde caminatas familiares hasta ascensiones exigentes a las cumbres más elevadas.

  • Circular a la Boca del Infierno y Calzada Romana: una ruta de unas tres horas que combina historia y naturaleza en el entorno del valle de Hecho.
  • Aguas Tuertas e ibón de Estanés: una de las caminatas más bellas del parque, entre vegas fluviales y lagos de origen glaciar.
  • Ascensión al ibón de Acherito: ruta alpina que culmina en uno de los lagos más elevados y fotogénicos del entorno.
  • Subida al Castiello d’Acher: para montañeros con experiencia, con un fuerte desnivel y vistas espectaculares.
  • Ruta al pico Bisaurín desde el refugio de Lizara: el gran desafío del parque, con casi 1.200 metros de desnivel positivo y panorámicas inolvidables desde la cima.

Cada uno de estos recorridos ofrece una experiencia única, desde el murmullo de los hayedos hasta los vientos fríos de las cimas. Aquí, caminar es más que hacer ejercicio: es conectar con un Pirineo auténtico, sin prisas, sin masificación y con el respeto que exigen los lugares verdaderamente salvajes.

El Parque Natural de los Valles Occidentales sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de Aragón. Un lugar donde los glaciares dejaron su huella y donde el tiempo parece haberse detenido. Ideal para quien busca el Pirineo más puro, más remoto y más impresionante.